viernes, 6 de febrero de 2009

MAESTRO …? Una tarea que, a muchos les queda GRANDE.

Si el concepto de maestro existiera tal y exclusivamente como florece en el hondo subjetivismo de los que nos sentimos maestros antes de haber querido serlo, no habría en el mundo de las ideas la abierta disparidad o lejanía que se ha tenido y se tiene sobre el calor genuino de lo que es ser MAESTRO o ejercerla de maestro , ya que en el supuesto ejercer, corre por las venas el espíritu de preparar para el aula mural de la escuela mientras que para el maestro de verdad preocupa enseñar para el aula más amplia de la vida.
Va mucho de ejercerla de maestro a ser maestro, y todavía mucho más , digo, de ese maestro casi mueble que ya pasó a ser parte del inventario de su centro, que profesa en libros, diccionarios, total, todo un marco cerrado, al maestro que antes de haber leído el primer libro tenía sabida ya esa lección inicial, que leemos con los ojos del espíritu en la página viva de los niños y en el libro de la vida.
Dejemos a esos maestros los libros escritos, los sueldos, la fama, la codicia, nosotros quizá sea porque amamos nuestra tierra, nos quedamos sin más disputa con el alma de los niños, con la conciencia de los hombres, con el plan emocional de nuestra gente.
Antes de entrar a hablar del maestro que nosotros concebimos como tal, hubiera querido delinear lo que es el maestro de ELLOS; el maestro que quieren unos pocos; pero lo conocemos demasiado para insistir en esta hora sobre las características de quienes ocupan este sitio junto a nosotros, quizá expresamente para envanecer nuestra modestia. Sin embargo observemos su paso; lleva en la mano su sombrero porque a no más de 100 metros a la redonda se ubican algunos puntos de dirección, lleva también muy dócil la espalda, y por si fuera poco lleva además vendado con gruesa venda EL OJO IZQUIERDO ( espero sólo uno ) porque alguien le ha dicho que es izquierdo el ojo con el que vemos los defectos de la que está defectuoso, y al final lo vemos caminar agotado, cansado, y en gran mansedumbre como en eterna renunciación a su posible realidad. Pero hagamos esfuerzos por presentarnos momentos antes de que se vierta la esencia maestro en el vaso-hombre y nos será dado descubrir una esencia más que trasciende del concepto mismo del hombre, explicándome bien lo que trasciende para nosotros, porque para ELLOS, los partidarios del maestro vegetativo, amuleto, dócil a todas las flaquezas humanas e INCAPAZ DE ENDEREZAR CON MANO FIRME LAS TANTAS ABERRACIONES DEL AMBIENTE, no podrían creer en el maestro constructivo.

Sin embargo no pidamos que todos los mentores sean constructivos, capaces de hacer y rehacer inteligentemente, de VER CON EL OJO IZQUIERDO, de buscar el revés de todas las mentiras presentes ; en una palabra no exijamos que todos los maestros tengan clara conciencia de su capacidad creadora porque con esa petición habríamos admitido que no existen los OTROS, los que con placer sensual se dejan acariciar por la idea egoísta de que su evolución personal, económica, laboral y social es suficiente y no hace falta una revolución ( entiéndase esta no como una lucha sangrienta sino como una lucha de ideas, pensamientos y sentimientos ).
A ELLOS, a los que si existen, a los maestros empleados, a los maestros que hasta el día de hoy han jugado ELECTRIZADO, a los que creen hacer bien regulando sus pasos de injusticia con el compás de AQUELLOS que los han hecho, les decimos que AQUÍ estamos, los que además de ligereza en la marcha tenemos el alma emancipada desde que, sintiéndonos maestros nos miramos muy por encima de LOS INTERESES BASTARDOS que se viven dentro de cada frontera, no podemos como muchos adaptarnos a las rugosidades del camino, porque en el interior sentimos que cuando recorremos caminos adversos no hay nada más que limpiarlos para que el paso de nuestros niños que más adelante serán hombres sea libre y soberano. Pues está claro, que esta insigne profesión de hacer hombres, está en manos del maestro. Pero aquí el camino se abre; de las manos del supuesto maestro sale aquel niño pasivo, indolente, que acepta su condición fisiológica de hombre sin cuidar su dignidad ( y en esta receptividad cabe asimismo el aceptar a ciegas como perfectas las injustas condiciones de la sociedad ). Y de las manos del MAESTRO sale ese niño activo, despierto a toda luz, que elige sus armas y lleva a flor de piel su conciencia para cuidarla siempre no para uncirla..

QUE BOCHORNOSO SABER QUE ESTAN PROFESANDO DE MAESTROS PERSONAS QUE UNCIERON SU CONCIENCIA AL RECIBIR SU PRIMERA MONEDA.
Compañero, compañera ¡

El que se siente MAESTRO , ve con ojo claro el camino que ha de seguir, y además de eso, elige cuerdamente los elementos favorables para la razón de su existencia, poseído en primer lugar de su carácter de hombre y percatado de sus obligaciones de preparar hombres y para terminar recordemos una verdad que por si sola resuelve esta cuestión; en la historia de la emancipación del espíritu humano jamás han marchado sino tres unidades de alma; el esclavo, el amo y el revolucionario. ¡ Qué pobre, que triste idea la del MAESTRO-ESCLAVO ¡ La del maestro amo es algo más, una idea miserable. Pues bien el MAESTRO REVOLUCIONARIO no en el sangriento sentido del vocablo, sino en su más noble acepción, es lo que entendemos como el MAESTRO DE VERDAD.
Para ELLOS, los que no saben lo bello que es sentirse maestro, menos entenderán lo digno, lo noble, lo altísimo de sentirse revolucionario!


HECTOR ALFREDO CHAJON
Secretaría de la niñez y adolescencia

“POR UNA EDUCACION PUBLICA, POPULAR, REVOLUCIONARIA Y LIBERADORA” SITAMFA PRESENTE

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta chilera su página....sigan a delante.
Sigan echandole riata a los de la compañia de jesus

atentamente,.
trabajador administrativo fundacion fe y alegria